Shalina Devine sabe cómo producir el efecto deseado, porque a Josh no le hace falta ni intentarlo, sigue siendo un fetichista, obsesionado con las piernas femeninas. Y en concreto, sus pies son un auténtico festín para la vista, que puede sustituir a pirno familiar todo el entretenimiento del mundo, salvo a los curas, creados a partir de la pasión anal. En lugar de mil palabras, 37 minutos de placer pie-anal.