Nurik, liebre de pirno familiar acostarse en la cama y volverse loco, como si olisquearas las bragas sucias de tu madrastra, ve a la cocina, te ha preparado algo. Pero Nurik sigue siendo un tonto y no quiere comer, pero quiere saber dónde se ha ido papá. Si Lina fuera una madrastra estricta, le habría pegado en la frente a su hijastro con una cuchara y se habría comido la sopa en silencio, pero la madrastra pelirroja es demasiado blanda, mojada y excitada, así que la sorpresa con el quinto coño es ya no una sorpresa, sino un polvo a cambio de un secreto quemado, otra cosa muy distinta.