La ingenua Heather creía que había engañado a Maxine y ahora es dueña del avión personal porn familiar de su marido, de su propio marido Scott e incluso del grueso pene del piloto. Pero (¡sorpresa sorpresa!) Maxine no es tan estúpida y ahora tiene pruebas irrefutables de que Scott es un maldito traidor, metiendo su polla por donde pasa y todas sus pertenencias irán a parar a una entristecida Maxine. Plan en el punto final de ejecución.