Artemisia está preocupada por su apariencia, cojiendo con familiares porque la edad ya no es una pollita joven, y su esposo trabaja en contacto constante con las crías. ¿Cómo en un ambiente así no estar celoso y no sentirse como una anciana? Menos mal que el cuñado Miles está cerca y puede declarar responsablemente que es una mujer sexy a la que le falta un poco de proteína por vía intraperitoneal para coronar su perfección…