Carla Cool está feliz de haber encontrado un trabajo real y ahora puede ganar dinero simplemente sentándose en la sala de espera de un hombre de negocios y pormo familiar contestando el teléfono. ¿Pero su trabajo termina ahí? Por supuesto que no, porque el trabajo principal comienza después del turno en la habitación del hotel. Allí, la callada secretaria se vuelve aún más mansa y su humildad no conoce límites (salvo que sólo existen todavía límites anales).