Por mucho que tratara de reprimir los ataques de lujuria que sentía por su colega Alexis Brill, hoy Víctor no podía ignorar la folladas familiares palpitante erección que ella le estaba dando. No ayudó que Alexis hiciera todo lo posible por seducirlo, pasándose el dedo por los labios y dándole una buena mirada por debajo de la falda mientras paseaba por la oficina. Cuando finalmente agarró su corbata y tiró de él hacia ella para darle un largo y profundo beso, fue la culminación de semanas de deseo erótico reprimido.