Si Emilia quisiera ternura, entonces habría roto con Nick hace mucho tiempo, porque es un hombre demasiado poderoso que ni siquiera permite dormir con las manos insiestos familiares desatadas. Pero a ella le gusta obedecer y le gusta sentirse como un juguete sexual, incapaz de dormir lo suficiente, solo follar y correrse. La noche de los juegos peligrosos apenas comienza